Publicado en SEISGRADOS
Caminando un sábado por la tarde por las calles de la mahala –como se conoce a los barrios gitanos–, en el pequeño pueblo de Vladičin Han, en el sur de Serbia, se oyen desde diferentes rincones los sonidos apagados de alguna que otra trompeta, tuba o trompa. Aquí, en este barrio humilde, en la parte más alta del pueblo, todo varón toca alguno de los instrumentos de la música folclórica. Podría decirse que Vladičin Han es la cuna de la música balcánica, y es que hasta Boban Markovic, el mejor trompetista de Serbia, es de ahí. Sigue leyendo