Nicosia. L’ultima capitale divisa del mondo

Pubblicato in La Repubblica – Le inchieste

Nicosia, old airport. © M. Ansaloni

“Nel nome del Padre, del Figlio e dello Spirito Santo”. Il vescovo, seguito da un diacono e da Padre Diomidis, ha appena varcato la soglia del presbiterio e, con passo solenne, si dirige verso il trono da cui celebrerà la funzione. Un odore pungente di incenso impregna l’aria della piccola chiesa gremita di San Charalambos. Maria Tsiaklis si porta le dita alla fronte, al grembo, poi sulla spalla destra e infine su quella sinistra, come impone la tradizione ortodossa. Una, due, tre volte. È in piedi, in prima fila. Una sottile linea nera incornicia gli occhi velati di tristezza. Sigue leyendo

Chipre, al frente de Europa

Publicado en El Periódico de Catalunya 1 – 2

“Una ciudad dividida es como una persona a quien le falta un brazo. Hay circunstancias que te afectan mentalmente. Te sientes ahogado”. Lellos Demetriades conoce muy bien esa sensación de sofoco de la que habla. Fue durante 30 años, hasta el 2001, el alcalde de Nicosia, la capital dividida de la República de Chipre, que, desde el 1 de julio, asumirá la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea.

Desde su despacho se divisan casas derruidas, bidones de arena y alambre de púas, que conforman un sucedáneo de trinchera que interrumpe bruscamente las tranquilas callejuelas de la ciudad vieja. Un corte neto que desde agosto del 1974 parte en dos esta isla casi tres veces más grande que Mallorca, incrustada delante de las costas turca y siria. Sigue leyendo

Nicosia, la última capital dividida

Publicado en YO DONA

«En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». El obispo se dirige con paso solemne al trono desde donde oficiará el funeral. Maria Tsiaklis se santigua como manda la tradición ortodoxa. Una, dos, tres veces. Delante del altar hay dos pequeños ataúdes. Están envueltos por dos banderas: se distinguen fácilmente el azul y el blanco de la griega y el blanco y el cobre de la chipriota. Contienen los restos de sus abuelos, dos de los 1.464 grecochipriotas desaparecidos durante la invasión militar turca de Chipre, en 1974. Una luz deslumbrante rebosa por las ventanas de la iglesia, mientras, afuera, un calor intenso exprime las flores de azahar e inunda con su olor dulzón las calles de Nicosia, la última capital dividida del mundo. Sigue leyendo